LA CÉLULA DEL COSME

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Somos un grupo de 13 estudiantes de 1º de Bachillerato del IES Inventor Cosme García. Nuestro objetivo es promover la divulgación y el pensamiento científico. Publicaremos los aspectos más actuales sobre salud, tecnología y el Universo que nos rodea. No olvidéis visitar el resto de secciones porque encontraréis sorpresas interesantes. ¡Esperamos que lo disfrutéis!

¡NO TE LO CREAS!



 La batería se tiene que descargar entera antes de recargar 

 

¡NO TE LO CREAS! 

 

Este es uno de los mitos tecnológicos más populares que aún siguen muy presentes en la actualidad, y que muchas personas se niegan a desterrar. Un poco por costumbre, y otro poco porque a ellos les enseñaron a cargar así la batería, y esa siempre ha sido la forma correcta.

Pero las baterías actuales de los móviles, tabletas y otros dispositivos son de iones de Litio (Li-ion) y otras variantes, que no sufren este problema. Al contrario, tienen un número limitado de recargas completas, por eso conviene hacer recargas cortas, para que esa recarga completa se retrase. 




Tienes que esperar dos horas para bañarte después de comer 


¡NO TE LO CREAS! 


Esta idea no es más que un MITO que ha ido pasando de generación en generación y que, en realidad, nada tiene que ver con un fallo en nuestro sistema digestivo. Cuando sufrimos lo que comúnmente se conoce como "corte de digestión", lo que ocurre en nuestro cuerpo es un shock debido al cambio brusco de temperatura que se da al meternos en el agua fría. Este shock se conoce médicamente como hidrocución y no se encuentra relacionado con la cantidad de comida que hayamos ingerido ni el tiempo que haya pasado desde la ingesta. De hecho, puede ocurrir con el estómago vacío. 

Las señales de alarma que indican que podemos estar sufriendo este síncope tras entrar en contacto con el agua fría se caracterizan una alteración de la frecuencia cardiaca, palidez, dolor de cabeza, mareos, visión borrosa y finalmente puede producirse un desmayo. En el transcurso de la hidrocución también pueden producirse vómitos, de ahí que se piense de forma errónea que se produce un "corte de digestión". No es así. 

El tiempo que tardamos en hacer la digestión puede variar en función de la cantidad de comida que hayamos ingerido y del tipo de comida. Nuestro sistema digestivo requiere menos tiempo para procesar una ensaladita de tomate que un cocido, por ejemplo. "Puedes meterte en el agua siempre que sea poco a poco para evitar un cambio de temperatura brusco y no realices ningún ejercicio intenso. Pero lo de decir que no me ducho porque acabo de comer y estoy haciendo la digestión no cuela como excusa" 

Así, para evitar sufrir un síncope por hidrocución es conveniente evitar pasar mucho tiempo al sol antes de introducirnos en el agua. Del mismo modo, también es aconsejable evitar sumergirse de golpe en aguas excesivamente frías que puedan provocar un choque brusco de temperatura. Tampoco es recomendable sumergirse en el mar después de haber estado echando el clásico partidito de fútbol de las cinco de la tarde a 35 grados. El sentido común, en este caso también, suele ser el más común (y recomendable) de los sentidos. 



Usamos solo un 10% de nuestro cerebro. 

 

¡NO TE LO CREAS! 

 

Este es uno de los mitos más extendidos ya que es bastante reconfortante pensar que tenemos mucho más potencial por desarrollar. Es una creencia tan habitual, que incluso ha propiciado la venta de productos para aumentar el rendimiento cerebral. Sin embargo, no hay ningún estudio científico que demuestre tal cosa. El cerebro, en líneas generales, ha ido aumentando su tamaño a lo largo de la historia evolutiva y además es el órgano que consume más energía en relación a su tamaño. Por eso, tendría poco sentido evolutivo invertir tanto en un órgano del cual solo aprovechamos el 10%. Además, gracias a las nuevas técnicas de visualización cerebral se ha demostrado que incluso cuando dormimos todas las partes del cerebro presentan algún nivel de actividad. 

 



Un año natural equivale a 7 de tu perro. 

 

¡NO TE LO CREAS! 


 
 

 

Existe la creencia de que un año natural equivale a siete en la vida de un perro, sin embargo, esto es completamente falso, como así demuestra un estudio A la hora decalcular la edad que tiene nuestro perrosolemos pensar queun año natural equivale a 7 de un perro, por lo tanto, si nuestro perro por ejemplo tiene cuatro años, en "edad perruna" son 28 años. Sin embargo,esto no es cierto, sino queel cálculo es algo más complejo. Así pues, te explicamoscómo se calcula la edad de tu perro.  La edad biológica se calcula en base afactores biológicostales como eldesarrollo del individuo a nivel físico y de salud del ser vivo en cuestión. Dicha edad también se basa en biomarcadores como losgeneso el número de células inmunes. Estos factores dependen en buena medida de la genética heredada, el estilo de vida y la salud mental. Para calcular la edad biológica de un perro, unestudio de Ideker(Universidad de San Diego, Estados Unidos) ha desarrollado una fórmula matemática que señala que:edad humana= 16 x ln (edad cronológica del perro) + 31. En este sentido, "ln" representa un logaritmo natural, es decir una escala no lineal. Y es que el análisis concluyó que,las cuatro primeras semanas de vida de un cachorro, corresponden a los primeros 9 meses de un bebé. Al tener un logaritmo en la fórmula implica que, conforme va pasando el tiempo, la velocidad de acumulación se ralentiza y, por tanto,la diferencia entre la edad de un perro y un humano se reduce, lo que arroja la conclusión de que los perros mayores envejecen de forma más lenta. 

 

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